En la actualidad tener un teléfono inteligente en nuestros bolsillos ya no es un lujo de algunos pocos, hoy es accesible a casi todo el mundo gracias al abanico de marcas y modelos disponible. Nuestros abuelos, padres, nosotros mismos e inclusive nuestros hijos incorporamos la tecnología móvil a la vida diaria.
También es cierto que ya no solo se utilizan para la comunicación directa (llamadas y mensajes de textos), si revisamos las tiendas de aplicaciones de estos teléfonos podemos encontrar infinidad de programas que hacen a la vida cotidiana: conocer la altura de los ríos, consultar horarios de colectivos, el estado del tránsito, planificar un viaje, reservar hoteles, pasajes, etc. Sin mencionar las que vienen preinstaladas por defecto, que nos son de bastante ayuda: calendario, notas, clima, el propio reloj que está erradicando a los de pulsera. Hay tantas aplicaciones como necesidades que éstas pueden resolver, al punto que no nos imaginaríamos ya, un mundo sin ellas.
También es cada vez más común que cada ciudad importante tenga una aplicación propia, donde podamos consultar lugares de descanso, de comidas, de recreación, circuitos turísticos, etc. Si a esto le sumamos las Redes Sociales (Facebook, Twitter, Instagram, Snapchat, etc), las posibilidades son infinitas.
Las redes sociales hoy cuentan con secciones específicas para desarrolladores de software que le permiten crear aplicaciones dentro de ellas, como, por ejemplo: un bot (programa informático que intenta imitar el comportamiento humano), al que le podemos preguntar ¿dónde puedo comprar una pizza? y que éste software, sin asistencia de una persona, nos conteste basándose en nuestra geolocalización, con los datos de lugares cercanos donde comprar esa comida.
En el sector público podríamos contar con un bot al que le preguntemos qué necesitamos para renovar el DNI, y éste nos dé una respuesta con los requisitos para hacerlo, además de los horarios de atención y dirección de los camiones de documentación rápida en esa semana y del registro de las personas.
Tenemos todos estos servicios en la palma de nuestras manos, lo que quizá nos lleva a preguntarnos: ¿quién hace estas aplicaciones? Si bien en Misiones hay empresas y organismos que cuentan con áreas o departamentos de “sistemas” o “cómputos”, debido a la demanda y la estructura con la que fueran concebidas, es muy común que apuesten a tercerizar el desarrollo tanto de apps, webs y webapps con empresas locales y de afuera.
Pero la demanda de estas tecnologías está en constante crecimiento a nivel mundial y en Argentina es el tercer rubro de exportación, lo que nos motiva a pensar que Misiones podría ser una potencia desarrolladora de software y exportar este tipo de productos y servicios, además de satisfacer la demanda local.
Ante esta realidad en la Fundación Proyecto para la Innovación Misionera apostamos desde hace más de cuatro años al potencial de nuestra provincia para brindar, entre otros, éste tipo de servicios. Entonces, la pregunta que nos hacíamos anteriormente, ¿quién hace estas aplicaciones?, encuentra respuesta acá, esto es posible hoy, ahora y en Misiones.
En una materia en auge como lo es la de los Servicios Basados en el Conocimiento (SBC), Misiones es una provincia joven pero con potencial en aumento e ilimitado, principalmente por su gran capital humano, fruto de una oferta académica afín estas áreas, lo que hace aún más lógica la apuesta local.
Lo que hace algunos años atrás parecía el futuro, tiene hoy bases sólidas en la tierra colorada.
Publicada originalmente en www.codigos24.com